El día 19 de octubre se celebra el trabajo y el esfuerzo de las mujeres que, a través de sus textos, nos han dejado una huella indeleble en nuestra memoria, han desarrollado el arte de contar historias y han aportado su talento a la literatura universal para disfrute y deleite del resto de los mortales. El 19 de octubre celebramos el Día de las Escritoras.
Y lo hará con las V edición de la efeméride en la Biblioteca Nacional de la mano de Elvira Lindo que actuará en calidad de comisaria de esta exposición especial bajo el tema “El esfuerzo cotidiano de las mujeres”.
He leído declaraciones de Elvira en los medios de comunicación al respecto de esta exposición. "La voz de las mujeres suele exhalar un aliento esforzado, una conciencia constante de que la vida siempre ha de exigirles más que a los hombres" y me ha hecho reflexionar sobre el valor del esfuerzo de las mujeres en todos los ámbitos de la vida y en todas las épocas hasta llegar a nuestros días.
Esa cultura del esfuerzo se vio reflejada en los textos firmados bajo una mano femenina. ¿Cómo hubieran podido si no las mujeres abrirse camino en un mundo de y para hombres? A través del anonimato de sus obras, el valor de escribir pese a todo y, sobre todo, gracias al esfuerzo cotidiano para lograr normalizar lo que debería estar normalizado desde hace ya muchos años. En la literatura y en el resto de las facetas de la vida.

Un artículo de la Biblioteca de la Rioja nos habla de cómo la autora Joanna Russ describió los obstáculos a los que se enfrentaron las escritoras para conseguir que sus obras pudieran ser publicadas. Este decálogo de barreras en la literatura femenina que nos ofrece Joanna puede perfectamente valer para cualquier otro ámbito profesional en el que la mujer se ha tenido que abrir camino y en los que hoy en día aún siguen luchando. Vamos a reflexionar sobre alguno de ellos a modo de homenaje y para demostrar que, pese a todo, estas barreras persisten aún en nuestros días en ámbitos muy diversos.
Prohibiciones legales o sociales
Mala fe entendida como técnicas de menosprecio y negación del talento
Negación de la autoría
Aislamiento
Anomalía o excepcionalidad

Reacciones
Estética y la atribución de textos a géneros menores
Que sirvan como ejemplo mujeres escritoras como Rosalía de Castro, Simone de Beauvoir, Emilia Pardo Bazán, Ida Vitale, Sor Juana Inés de la Cruz, Luz Pozo, Virginia Wolf, María Zambrano, Jane Austen, Concha Méndez, Ana María Matute, Gloria Fuertes o la propia Teresa de Jesús, cuya festividad se conmemora el 15 de octubre y sirve de pretexto para difundir el legado cultural de mujeres que tuvieron que enfrentarse a múltiples trabas para demostrar su valía y en “cuya escritura se refleja el esfuerzo de vivir, la vida trabajada, el cansancio y la voluntad de cumplir, a pesar de las trampas del camino, con una vocación tozuda e intensa".
Parece esa vocación tozuda en todos los ámbitos profesionales da sus frutos. Ejemplos como los Premios Nobel de este año, con un gran protagonismo femenino, lo demuestran. Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna se han alzado con el Premio Nobel en Química, Andrea Ghez como la cuarta mujer galardonada con el premio Nobel de Física y, la estadounidense Louise Glück, de 77 años, galardonada con el Premio Nobel de Literatura por "su inconfundible voz poética que con austera belleza hace universal la existencia individual".
Visibilizar días como estos, donde la mujer es la protagonista del papel relevante que merece en la historia de la literatura en particular y en la historia y desarrollo de la humanidad en general, no solo es fundamental y necesario, si no que, se trata de una cuestión de justicia.