Concursos de acreedores
Situación concursal en España en 2017
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En 2017 hay menos deudores que entran en un concurso de acreedores. ¿Responde esto a la salida definitiva de la crisis económica o simplemente son ciclos de fluctuación? ¿Qué empresas son las más expuestas a entrar en concurso? ¿Las grandes, las pequeñas, las recién creadas o las consolidadas hace mucho tiempo? ¿Qué sectores económicos son los más afectados? En este artículo vamos a exponer algunos datos muy interesantes para dar respuesta a estas y otras preguntas. 


Como decíamos, el número de deudores concursados sigue su tendencia a la baja, aunque con menos intensidad que en años anteriores. En 2017 son 5.131, un 2,3% menos que en 2016, según la Estadística de Procedimiento Concursal . Pero ¿qué características comunes tienen las empresas concursadas?

Algunas características de las empresas concursadas

Si comparamos en términos porcentuales los tramos de asalariados en España según el INE y el Anuario Concursal1 podemos encontrar los siguientes gráficos.

Comparación DIRCE- Anuario ConcursalComparación de plantillas:concursadas frente a población general

Los gráficos anteriores revelan dos porcentajes: el total de empresas registradas en el INE por rango de asalariados contratados y las que entraron en concurso de acreedores. Se crean, por tanto, dos porcentajes: uno con el total de empresas y otro con el total de empresas concursadas.
En los gráficos se observa que el mayor escalón de empresas concursadas se produce en las empresas más pequeñas (aunque hay muchas más empresas pequeñas que empresas pequeñas concursadas) y va decreciendo conforme las empresas crecen de tamaño. A partir del tramo de 3 a 5 trabajadores el porcentaje del grupo de concursadas supera al del conjunto, es decir, las empresas más grandes están más representadas entre las empresas que entran a concurso de acreedores. Cuanto más grande, más “posibilidades” de entrar en concurso, hasta superar los 100 empleados, momento en el que la tendencia se empieza a igualar.

Distribución del pasivo exigible

Para los que no estén familiarizados con estos términos, existen dos clases de pasivos: el pasivo corriente o exigible a corto plazo y el no corriente o exigible a largo plazo. El pasivo exigible a corto plazo se refiere a la financiación obtenida gracias a entidades ajenas que tiene un vencimiento menor o igual a un período (generalmente de un año). Pasivo exigible a largo plazo: Comprende las deudas contraídas por la empresa con vencimiento superior a un período (generalmente de un año).
Existen dos grandes grupos de empresas concursadas: las que tienen un pasivo inferior al millón de euros y las que superan esa cifra.
En el primer grupo se enmarcan 1648 empresas que representan el 67,6% de las empresas estudiadas y tienen un pasivo medio (mediana) de 474.380€. De este grupo, el colectivo más numeroso con 207 empresas lo conforman entidades con un pasivo de entre 50.000€ y 100.000€ lo que nos dice que en general, la entidad concursada suele ser grande en relación a asalariados pero con una entidad económica reducida.
En el grupo de las empresas con un pasivo exigible de más de un millón de euros y por debajo de 20M€ se encuentran representadas 731 empresas.
En las grandes empresas, que son las comprendidas en el tramo de más de 20M€ para el pasivo exigible, se dan 51 casos hasta llegar a la cifra de 100M€, desde este punto, se observa un gran descenso registrándose únicamente 9 sociedades con pasivos superiores a los 100M€.

Tamaño por tramos de Pasivo ExigibleTamaño por tramos de Pasivo Exigible

Solo un 5% del total de la muestra (121 sociedades) tienen un pasivo superior a los 10M€.

Distribución por sectores de las empresas concursadas

Agregación del sector de la concursada

Por sectores, vemos el gráfico dividido en cuatro: agricultura y pesca, servicios, industria y construcción. Dentro del sector de la construcción la mayor parte lo componen empresas con actividades inmobiliarias (449 empresas) que representan un 42,2% del sector. Le siguen las constructoras (396 empresas) con un 37,3%. Los otros dos sectores que quedan son de actividades extractoras de materias primas y de fabricación de materiales y equipos para la construcción que representan un 11% del total del sector.


Atendiendo a la edad de la empresa, es decir, a su año de constitución, vemos que la mayoría de empresas concursadas entran en el rango de empresas con entre 5 y 15 años de antigüedad (un 40,1% del total) con una edad media de 13 años.
La mitad de la muestra se compone de empresas bastante jóvenes y, por el contrario, hay solo un 1,1% de empresas que superen los 50 años.

Características de la concursada

Si nos fijamos en la Viabilidad de las empresas concursadas veremos que lo normal es que no se lleguen a generar números positivos mostrando pérdidas en sus actividades de explotación así como en el resultado neto del ejercicio:

Ratios de viabilidad basada en la actividad

En este tipo de situaciones se reduce la confianza de los inversores al estar comprometida la viabilidad de la empresa. Siguiendo en la mediana vemos como en la sociedad más usual los aprovisionamientos dejan un 54% de volumen de negocio para poder retribuir al resto de factores de producción. Las empresas que necesitan un gasto elevado en consumos de bienes tienden a acumular deudas a corto plazo con sus proveedores comprometiendo seriamente su viabilidad. Esto lo vemos en el percentil 5 que la cifra de aprovisionamientos llega a superar en un 17% al volumen de negocio. En el percentil 75 un 25% supera el 5% de recursos generados sobre el exigible. Asimismo un 25% de la muestra dispone como mínimo del 87% de los ingresos para fines distintos de los aprovisionamientos.
El 68,6% de sociedades registra pérdidas netas y un 62,9% presenta resultados de explotación negativos.

Proporción de consultadas con resultado de ejercicio negativoProporción de consultadas con resultado de explotación negativo

Si nos fijamos en el tiempo necesario para amortizar la deuda si se emplearan la totalidad de los recursos que generan para esa finalidad un 71,3% de la muestra (suma de los que no generan recursos positivos y los que tardarían 25 años o más) no tiene casi posibilidades de reducir la deuda. Casi 3 de cada 4 empresas concursadas:

Distribución por tramos del tiempo para atender el exigible con los recursos generados

Administración y Reasignación de Recursos

En los concursos voluntarios (recordemos que son los que los inician los deudores insolventes) se permite a los administradores originales seguir decidiendo sobre su patrimonio pero con limitaciones. Si el concurso es necesario (es decir, un concurso presentado por los acreedores) los administradores originales pierden esta capacidad pasando todo el poder de decisión a manos del administrador concursal. Es importante señalar que llegados a la fase de liquidación también los administradores originales perderán sus facultades administrativas. Sea como fuere el procedimiento las facultades de los administradores pueden ser modificadas por decisión del juez.
En 2017 en un 11,8% de los concursos necesarios el juez decidió mantener al deudor en la administración del concurso (a pesar de haber sido instados por los acreedores) frente a un 21,1% del 2013. Esta gran varianza interanual responde a una cierta laxitud en el criterio judicial unida a los cambios de perfil de la empresa que de la empresa que llega a concurso de acreedores. Desde 2013 el porcentaje va disminuyendo dejando vislumbrar que en periodos de estabilidad económica es probable que las empresas que caen en concurso lo hagan por haber sido mal administradas por sus propietarios.
Si hablamos de los concursos voluntarios tanto en el año 2016 y en el de 2017 el porcentaje de suspensiones se acercó al 20%. Este alto porcentaje se da por la solicitud del deudor de la liquidación al instar el concurso, con la implicación inmediata de la suspensión de facultades asumiendo la administración concursal el control por lo que queda de concurso. En los casos en los que el juez asignó el control al deudor, en 8 ocasiones acabaron revocándolo, lo que representa la ínfima cantidad de un 0,3% del total de concursos iniciados con la intervención. Es decir, en prácticamente la totalidad de los concursos la decisión inicial sobre la administración de los recursos se mantiene invariable.
En 2017 se percibe una importante reducción de la actividad concursal debido a que 2506 concursos alcanzan la fase sucesiva (liquidación o convenio) frente a los 3701 de 2015. Dentro de las fases sucesivas las de liquidación son la amplia mayoría con un 93,5% del total.

Recuperación del Crédito en los Convenios

En 2017 se registraron 209 convenios de los cuales en 100 de ellos ha sido posible estimar el valor actual de los pagos propuestos observándose una expectativa media (mediana) de recuperación de los acreedores ordinarios hasta el 47,1% del valor nominal de sus créditos. También dentro de estos 100 convenios analizados, en 2 de ellos se ofrecieron la posibilidad de participar del riesgo del capital y en 10 casos se ofrecía a los acreedores opciones de quita y espera.
Los convenios anticipados ofrecen unas expectativas de cobro levemente superiores a los aprobados en fase sucesiva.

Duración del concurso

Según la ley Concursal, el procedimiento concursal se compone de dos fases, la común y la sucesiva (convenio o liquidación).
La fase común se inicia con la declaración con concurso y finaliza con los Textos Definitivos del Informe del Administrador Concursal donde queda reflejada la situación de la empresa y el importe que se le debe a los acreedores. En la fase sucesiva donde se terminará, o bien en un convenio entre el deudor y los acreedores, que consiste en una reestructuración de la deuda y la supervivencia de la empresa, o bien en la liquidación de esta.
Originalmente en la fase común se averiguaba el estado económico y jurídico de la concursada y en la sucesiva se reasignaban sus recursos secuencialmente. Desde la reforma de la ley de 2009 y 2011 estas fases se realizan simultáneamente.
Según las estimaciones medidas en 2017 se da una probabilidad del 61,5% de que un concurso ordinario lleve más de un año hasta iniciar la fase sucesiva.
Un 25% de concursos abreviados tardan 558 días o más en alcanzar la fase sucesiva.
En 2017 el concurso abreviado de media tarda 990,5 días en concluir frente a los 1869 días necesarios para la tramitación ordinaria. La mayor parte del tiempo se consume en la fase sucesiva de liquidación y no en la fase común. En otras palabras, los órganos concursales van más deprisa en las fases iniciales del concurso (fase común) y tardan más en los concursos cuas empresas ya han cesado su actividad productiva.
Uno de cada 5 concursos en 2017 se declaró y concluyó por insuficiencia de bienes simultáneamente (los llamados “concursos exprés” fueron 897 en 2017).

Conclusiones:

  • En el año 2017 entraron en concurso de acreedores 2439 sociedades.
  • Las sociedades que iniciaron concurso en 2017 tienen una plantilla laboral mayor que la media de sociedades en España. El 51% de sociedades españolas contrata a 1 o 2 empleados mientras que dentro del abanico de las concursadas, el porcentaje de empresas con esos trabajadores es del 27,3%.
  • En el tramo de 10 a 19 asalariados existen un 8% de sociedades en España y un 15,7% de sociedades cumplen estas características dentro de las que entraron en concurso. Esta diferencia también se marca mucho en el siguiente tramo: de 20 a 49 asalariados. Representan en España el 4,5% de las empresas y dentro de las concursadas el 12,1%.
  • La mayoría de las empresas que entraron en concurso en 2017 no pertenecían al sector construcción con un 57,9%. El resto son sociedades vinculadas a la construcción (27,3%) y a la industria (13,5%) quedándose el sector de agricultura y pesca con una mínima representación del 1,3%.
  • La edad media de las empresas que entran en concurso es de 13 años, aunque en los extremos existen un 5% que entran con 2 años o menos y otro 5% con más de 34 años.
  • Otro dato muy interesante es que el 56,2% de las empresas concursadas no generan recursos positivos y, por tanto, no tienen posibilidades de reducir su deuda. Otro grupo importante representado en un 15,1% tardaría más de 25 años en hacerlo, por lo que podemos concluir que un 71,3% de las empresas que entran en concurso tienen nulas oportunidades de reflotar.
  • El concurso iniciado por el acreedor suele corresponder a un tamaño de empresa superior al resto (con un pasivo medio de 1.259.454€ frente a 461.979€) y constituyen un 6% de los concursos iniciados en 2017. Además, estos concursos solicitados por acreedores son más numerosos en el sector de la construcción.
  • La decisión inicial sobre quién administra los recursos se mantiene a lo largo del procedimiento en la mayoría de concursos.
  • En 2017 alcanzan la fase sucesiva un total de 2506 concursos, menos que en los años 2016 y 2015.
  • Las fases de liquidación representan el 93,5% del total de fases sucesivas iniciadas.
  • En la tramitación abreviada las fases sucesivas se abren antes de finalizar el año (61,6%).

 

 1 Para la elaboración de este artículo nos hemos basado en el Anuario de Estadística Concursal 2017 del Colegio de Registradores que a su vez se sustenta en 3534 autos de declaración de concurso, 2506 autos de apertura de fase sucesiva, 209 sentencias de aprobación de convenio y 4239 autos de conclusión de concurso.